Sirviendo a la humanidad por más de 800 años
Los ermitaños se vieron obligados a abandonar su morada en el Monte Carmelo y a establecerse en Europa. En este nuevo ambiente cambiaron su estilo de vida de ermitaños a religiosos. La diferencia principal es que los religiosos son llamados a servir al pueblo de Dios en el apostolado. Algunas Congregaciones religiosas han sido fundadas para un apostolado específico, pero la Orden del Carmen busca responder a las necesidades de la Iglesia y del mundo según el tiempo y el lugar.
Por este motivo muchos Carmelitas se dedican a las parroquias, escuelas, universidades, centros de retiros espirituales, cárceles, hospitales, etc. El servicio prestado por cada religioso depende de las necesidades de las gentes en medio de las cuales viven y trabajan.